Un «espacio para sexualidades con un abecedario completo» fue el mundo, la fiesta y activación cultural que imaginamos para arrancar con el proyecto Operación Queer 2013. Ese año, el Estado de Nicaragua y la Policía Nacional prohibió la Marcha Oficial LGBT, violentando una vez más nuestros derechos humanos. Nosotres como colectivo no cedimos ni cancelamos nuestro evento, la decisión de no cancelar funcionó como una válvula de escape para la población LGBTIQ de Managua que esperaba asistir a la marcha. Esto permitió que más de 400 personas formaran parte de la activación cultural y escucharan/vivieran/sintieran nuestra propuesta política en carne propia. Esa noche, entre todes, respondimos al gobierno de Nicaragua “¡Nos podrán quitar la ruta pero no la existencia!”. Nuestro accionar fue un manifiesto político vivo, así inició la tradición cochona de lectura de un pronunciamiento político en cada uno de nuestros eventos venideros. Ese 28 de junio (día internacional del orgullo LGBT) parimos colectivamente una contrapuesta cultural a la agenda oficialista de la diversidad sexual, que gestó reflexiones entre la misma comunidad sexualmente diversa sobre otras formas de existir y pensar las identidades sexuales y de género. En esa primera noche exploramos colectivamente la interserción del arte contemporáneo, el performance, la música electrónica, lo audiovisual, el teatro y la poesía.